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El manejo del dolor infantil para muchos médicos puede resultar complicado de tratar, ya que muchos niños por su edad no pueden verbalizar el dolor, o no lo manifiestan por miedo o desconfianza; y en el caso de lactantes quizá las dosis no sean las efectivas por temor a la sobredosificación. Además, en ocasiones se menosprecia la intensidad del dolor en pediatría; sin embargo, lo cierto es que el dolor y sobre todo después de una cirugía persiste hasta que se produce la curación, por lo tanto, es necesario indagar en opciones seguras para ofrecer un mejor cuidado pediátrico.